El Black Friday es un día para el consumidor. El último viernes de noviembre, antesala de la campaña de Navidad y desde hace ya varios años en nuestro país, fecha de referencia para hacer grandes compras. Se calcula que la gran mayoría de comercios facturan el 35% de sus ingresos totales anuales entre Black Friday y Navidades.

Para nuestros clientes es fecha clave, el día que nunca se acaba, el de más tensión y al final de mayor alegría por haber llegado a la meta y completar el reto: vender más que nunca. Este año ha sido aún más especial. El boom del «ecommerce del confinamiento» ha hecho que los que vendían mucho vendan más y los nuevos vean la puerta abierta a la cueva de Alibaba.

En Interactiv4 no solo hacemos tiendas para otros. También somos merchants y hacemos nuestros pinitos desde hace ya 10 años. Y también hemos cogido la ola y la hemos surfeado con resultados espectaculares, batiendo récords de ventas que allá por marzo nos parecían impensables.
Y como empresa de servicios en eCommerce, hemos tenido que coordinar junto con nuestros clientes muy bien esta campaña.

Primero planificando, ya que el Black Friday ha pasado de ser un día de influencia norteamericana, a un mes de campaña y desde mucho antes hemos trabajado para preparar funcionalidades, contenidos e infraestructura para que todo saliera a pedir de boca.
Code Freeze, para asegurar las versiones de tienda disponibles en las fechas más cercanas a los días de tráfico intenso. Revisión de gráficas de años anteriores, de códigos de seguimiento, diseño y desarrollo de landings, pruebas y más pruebas.

Todos alerta, organizando guardias con equipo disponible para nuestros clientes 24/07, monitorizando en tiempo real desde la apertura de puertas.
El resultado: CERO Incidencias, clientes contentos y a por el siguiente.

Desde aquí dar las gracias a todo el equipo de interactiv4, en especial a Marc, Raul, Oscar y Cristian que han estado en primera línea de batalla como los grandes Generales.
Y suspenso a Redsys, que aprovechó este día para caerse una hora y sembrar el pánico transaccional.